La medicina conoce las
leyes del cuerpo humano y por eso, cree que sabe; la abogacía conoce las leyes
de la sociedad humana y por eso, cree que sabe, y la psicología conoce las
leyes del psiquismo humano y también, por eso, cree que sabe…
La biología conoce las
leyes de la vida animada y por eso, cree que sabe; la física y la química
conocen las leyes de la ultra estructura del cosmos y por eso, creen que saben,
mientras que la astronomía conoce las leyes de la mega estructura del cosmos y
por eso, una vez más, cree que sabe…
La arquitectura conoce las
leyes de la construcción y por eso, cree que sabe mientras que el ingeniero conoce las leyes de los materiales
que el arquitecto usa y por eso, también cree que sabe…
Y así, sucesivamente, para cada
actividad humana…
Pero conocer no es
necesariamente, saber: la sabiduría, como Dios, se halla más allá (y más acá, a
la vez) de cualquier conocimiento…
Porque el conocimiento de
las leyes (de lo que sea que se trate) habla acerca del “como” pero no alcanza
al “por qué” ni al “para que” y nada dicen acerca de ello: causa y sentido
pertenecen al ámbito propio de la sabiduría y escapan al ojo del conocimiento…
El conocimiento brinda
herramientas útiles para operar en el mundo y hacer las cosas (indica el “como”
del “que”), pero es la sabiduría la que se ocupa del “por qué” y “para que”
hacerlas…
Por eso, en definitiva (y
esta es la clave de la cuestión) solo la sabiduría puede plantear y responder
la pregunta ética (que el conocimiento desconoce): ¿debemos hacer todo aquello
que podemos hacer?...
La respuesta sincera a la
pregunta ética generaría un mundo más sereno, justo y amable, donde la
convivencia pacífica seria la consecuencia propia del autocontrol de cada
individuo sobre sus posibilidades (extendido, por supuesto, a los grupos
humanos en su conjunto)…
Lo utópico del tema no
quita lo verdadero del mismo…
Que todos podamos
trascender los límites del conocimiento, útil sin duda pero insuficiente, y
podamos acceder al ámbito sereno y luminoso de la sabiduría, cuyas raíces se
hunden en -y nutren de - Su Sabiduría…
Les
envío a todos y cada uno de ustedes, mis compañeros del Camino un gran abrazo
fraterno…
Marcelo
Marcelo